Mi lugar imaginario Es un lugar muy solitario Ahí los grandes están prohibidos Y hay muchos juegos, redivertidos Hice una silla con dos maderas Una mesita y una escalera La escalera es para trepar Y la mesita para dibujar Ay, ay, ay. Mi lugar imaginario Ay, ay, ay. Qué divertido es Ay, ay, ay. Mi lugar imaginario Hay maracas y matracas Para poder cantar, Para poder bailar. ---------------- Quizás las estrofas de esta canción estén lejos de ser arte, pera cuando las escribí a los nueve años, con mi hermana de siete y dos amigas, sentíamos que estábamos para el Emmy. Nuestro plan era crear una banda a lo Parchís y comernos los escenarios del mundo. Ese sueño no se concretó, pero cada vez que me acuerdo de esas jornadas interminables de escribir canciones (y, acto seguido, de practicar sus bailecitos), me nace una sonrisa y pienso que de eso se trata, después de todo. De disfrutar. Me encanta acordarme de cómo disfrutaba la escritura, ya desde chica, y de cómo esa pasión la cultivo hasta hoy. Contar historias. Compartir palabras, soltarlas al viento y que las tome quien las tenga que o quiera leer. Ese es el punto, desde que tengo uso de razón. Y a vos, ¿qué te gustaba hacer "antes de que te agarrara la sociedad"? De esto hablamos, en parte, en el Podcast del martes pasado. Hoy me tocaba subir un nuevo capítulo pero no tuve tiempo de armarlo y prefiero, entonces, no subir nada. Vengo prolija desde febrero así que me parece que me gané el changui. Aprovechen para ponerse al día con los capítulos que les faltan y les prometo que el martes que viene vuelvo con toda. Te dejo un adelanto: vamos a hablar con losastrosdicen sobre.... ¡de todo un poco! Dejanos tus consultas y ya empiezo a agendarlas a todas. Beso grande y que tengas buena semana, Rosie