En el mes del amigo, les comparto escapadas bonitas y –relativamente- baratas para hacer con amigas:
-Aguará Hotel, en Lobos: tiene spa y en Uribelarrea hay lugares de cerveza artesanal y ricos restaurantes, como La Uribeña o El Palenque. Buen programa: ir a la laguna de Lobos y comer picnic bajo los árboles.
-Hotel Colonial en San Nicolás: te vas a enamorar de su arquitectura. Además, tiene 5.5 hectáreas de parque, ideal para caminatas y muchas charlas.
-algunas opciones para quienes cerca de Cap Fed: Howard Johnson o Casa Sur, en Pilar. Sofitel de Cardales o Wyndham de Nordelta. Lo que te ahorrás en transporte, destinalo al spa.
-casa en Ramallo, sobre el río. Tiene club house así que podes comer ahí y alquilar caballos. La encontraás en airbnb, buscando "Casita vintage de madera en el río".
-Delta Eco Hotel: ubicado sobre el río, tiene spa y mucho verde.
-Colonia (¡puede ser por el día!) o Carmelo (hice post al respecto, bastante completo).
En el fondo, da igual a dónde vayan: lo que importa es el con quién. Como escribí allá por 2017... Quizás el primer día te choque compartir el baño de a cuatro o que el hotel no sea tan lindo como imaginabas; pasados los 30, una se pone más quisquillosa. Pero al toque te olvidás. Priorizás reírte hasta las 3 am, rememorando anécdotas y bailando frente al espejo al son de tu Spotify, o enfilando al boliche en busca de nuevas historias. Disfrutás de que los temas de charla nunca se acaben, sino que salgan a rolete, acompañados por juegos de cartas y clericó. De pronto, que el menú del día sea un simple pebete se convierte en EL manjar. Y ni te cuento de los nachos y la cerveza de las 7... Si te gusta el mate, compartirlo en la ruta hacia tu destino hace que esperes el viaje con ansias y, si preferís el café, siempre hay un hueco para malcriarse con medialunas y una lágrima en algún barcito del camino. Ni siquiera tiene que ser fotogénico.
Durante mis veintis, tuve la suerte de viajar con amigas muyyy seguido. Demasiado, objetaría algún ex (oops). Ahora cada vez se nos complica más congeniar agendas laborales y personales, pero rezo para que siempre haya espacio para hacer estos viajes... porque te ensanchan el corazón.