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Toda la vida veraneé (primera vez que escribo esa conjugación del verbo) en Chapadmalal, paraíso que conjuga mar y campo. A algunos quizás les parecía aburrido, algo monótono, eso de repetir destino, pero a mí me encantaba poner pie en Chapadmalal y ya saber que a pocas cuadras me esperaban esos amigos que durante el año no veía (y con quienes, en la era pre-tecnologica, no tenía intercambio por chat); que al llegar a la playa estaba Marcelo, el carpero de siempre, y Franco y Mariano, fieles guardianes ante las aguas rabiosas del sur. Año tras año había algunas novedades, claro, como la temporada en que inauguraron la pileta en la playa y esa otra en que movieron la cancha de voley, pero los licuados eran siempre igual de ricos, a la tarde nunca faltaban los partidos de truco en alguna carpa deshabitada y el heladero es el mismo hasta hoy. Hace poco leí un texto que hablaba del encanto de los amigos del verano y por suerte viví en carne propia de qué va; a mis amigos de entonces los conservo hasta hoy y entre todos coincidimos que nos une algo especial; una suerte de complicidad, de códigos en común, ese mismo gusto por la idiosincracia chapadmalense, que no todos comparten pero que una vez que te atrapa no te deja ir. Hay quien me diría que no revele el dato, pero a mí me gusta rendir homenaje a los lugares donde fui feliz, aunque en Marayui también lloré por el primer amor (¿y qué es la felicidad sino eso, tener un amor por quien llorar?). En fin... Me fui por las ramas. Dejo mis tips preferidos y espero, como siempre, que sumen los de ustedes: -el viaje empieza a disfrutarse desde la ruta 2, que por suerte ya no demora 6 horas como cuando éramos chicos. Parada obligada para muchos: la parrilla Ama Gozua, aunque yo siempre fui fan del McDonalds de Chascomús. -uno de los encantos de la zona es el surf. Mi playa preferida es Cruz del Sur. El bar no es barato pero te recomiendo sus panqueques, pescados y las empanadas de carne. Igual, no hay nada más rico que el pebete en la playa y si es con pan de La Estafeta, mejor. -¿dónde alojarse? Hay cabañas desplegadas por todo Chapadmalal. Mi preferida es Samay Huasi, perdida entre los árboles, donde también podes ir -y te lo RE recomiendo- a tomar el té. Si viajás en grupo grande por ahí pueden alquilar casa, adentro o afuera de Marayui. Este es un club de golf donde también hay dormies de dos o tres cuartos. La famosa Casa Grande (una casona de estilo normando) alquila cuartos individuales y también se recomienda para el desayuno, el té o para comer. -si te gustan los deportes en Marayui hay tenis, futbol, paddle, golf. Las caminatas post playa son otro hit. De chicos nos la pasábamos en la famosa "Casita del Tenis", donde los Chamacos (coordinadores que llegaban todas las temporadas desde Bs As) orgnizaban fiestas, karaokes, maratones de truco, torneos de tenis... programón. También podes ir a la mítica Casita a comer pizza, milanesas y otras "minutas". Hoy está super renovada (quedó buenísima, muy canchera), pero el encanto de antaño se conserva, y los nombres grabados en la pared de quienes éramos elenco estable verano tras verano, también... -si viajás con chicos adolescentes y a ellos les da un poco de flaca la tranquilidad chapadmalense, sabes que Miramar y Mar del Plata te quedan a 17 y 30 kms respectivamente, con lo cual pueden salir por ahí. -hace un par de temporadas abrió la bodega Trapiche, se recomienda la visita para un programa distinto. -para comer de noche una linda opción es La Chapeña. ¿Algo más para agregar...?


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