Hoy quiero compartir con ustedes la historia de un lugar que me resulta apasionante, no solo por su trayectoria y vigencia, sino por sus productos, aliados de belleza para mujeres (y hombres) desde hace siglos. Estamos hablando de la farmacia Santa Maria Novella, una de las más antiguas del mundo: con sede original en Florencia, fue creada por los Dominicos cerca de 1221, año en que llegaron a la ciudad. En ese entonces los frailes cultivaban en sus huertas hierbas para medicamentos, bálsamos, pomadas, hasta que en 1612 la farmacia abrió al público. Su fama fue creciendo y hacia el siglo XVIII ya era conocida en países tan lejanos como China y la India. En los años 1800 el gobierno italiano confiscó bienes de la Iglesia y así, en 1866 la farmacia pasó a ser propiedad de Cesare Augusto Stefani. Desde entonces, cuatro generaciones de la familia han dirigido Santa Maria Novella. Hoy es reconocida por sus productos que se elaboran con materias primas de la mejor calidad y respetando los mismos procedimientos artesanales que usaban los Dominicos. Algunos de los hits son: el Pot-Pourri (fragancia emblema de la casa), el agua de rosas y los jabones, además de “L’Acqua di S.M.Novella”, perfume que encargó Catalina de Medici a los frailes en 1533 y se sigue vendiendo hasta hoy 😱 También venden cremas para el rostro y el cuerpo, shampoos y más. En todos los casos, los preparados son a base de hierbas y lípidos de origen natural 🍃🍃🍃 Aunque hoy se ha expandido a países como España, Inglaterra, Francia, Sudafrica y Estados Unidos (yo la visité en el Brickell City Center de Miami), la más famosa de las sedes es, claro, la original, que aparece en películas como Hannibal. Si andás por Firenze no dejes de poner pie: es como visitar un museo. Me lo vas a agradecer