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Oda a la lluvia


Aunque el pelo me quede con más frizz que el de Monica Geller en las Bahamas. Aunque a todos lados tarde un poco más en llegar. Aunque mi torpeza no se lleve bien con los paraguas... amo la lluvia. Y si llueve, pienso en Inglaterra. En cómo ciertos paisajes europeos se ven mejor con gotas de fondo. En cómo temples nostálgicos, como el mío, los días de lluvia estamos de mejor humor. Porque el café es más rico. El libro -y la siesta- se disfrutan más. La serie pochoclera se mira con menos culpa y a las calorías les damos un changüí. Claro que también me encantan los días en que Febo asoma. Pero hay estados de ánimo, como el resacoso (nunca me gustó la palabra resaca, no sé por qué), que no se llevan bien con el sol (igual, desde hace raaato que no tengo resaca). En la literatura romántica era presagio de que algo malo iba a pasar; en la vida real, a veces es al revés, y en Hollywood por lo general también, porque es abajo de la lluvia que el héroe y su heroína se funden en un beso y Gene Kelly pasó a la historia gracias a Singin' in the Rain. Qué rico es su olor... Inspiró poemas (Borges, García Lorca, Neruda, ¿te suenan?) y canciones. Mis preferidas: Rain de Madonna, November Rain de los Guns, La lluvia nunca vuelve hacia arriba de Pedro Guerra (¿la conocés?) y Lluvia Cae de Quique. Esta no necesita introducción. ---todo esto porque hoy me toca empezar la mudanza con este bello clima como telón. Sería fácil bajonearme o querer cancelar, pero vamos a ponerle onda y ver el vaso medio lleno... de gotas de lluvia, que tanto me gusta y que no me va a boicotear ☔️☔️


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