“¿Preferirías amar más y sufrir más o amar menos y sufrir menos? Creo que, en definitiva, es la única cuestión". Con esta bomba Julian Barnes da comienzo a su última novela publicada: La única historia, que habla del amor, de los mandatos y del paso del tiempo. Habla, también, de la felicidad, de qué significa esta para cada quién y de qué estamos dispuestos a hacer por ella. ¿Vale la pena el sacrificio? ¿O acaso la felicidad debería fluir sin tanto esfuerzo? ¿Y lo mismo aplica al amor...? Preguntas que emergen después de leer estas páginas, aunque me temo que uno se queda sin respuestas. No se me ocurren lectores a los que esta lectura no los interpele, porque ¿quién no sufrió por amor? Después de todo, como dice uno de los personajes: "Pero no lo olvides nunca, señorito Paul. Todo el mundo tiene su historia de amor. Todo el mundo. Puede haber sido un fiasco o puede haberse quedado en agua de borrajas, hasta puede ser que ni siquiera haya existido, que haya sido puramente mental, pero no por eso es menos real". Y la fuerza con la que esta historia de amor opera en nosotros es de una magnitud tal, que pasa a ser considerada "la única historia". El personaje de la obra llega a afirmar: "Es mejor haber amado y perdido que no haber amado nunca". ¿Coincidís? Demoledora, sutil, La única historia solo podría haber sido escrita por alguien que ya ha vivido la vida en profundidad.
