Cuando empecé a salir con mi marido no podía entender que él se las pasara en Open Door. Es más, admito que al principio ni sabia dónde quedaba ese rincón de Buenos Aires que nunca había escuchado nombrar.
Con el tiempo entendí por qué este, de todos los destinos a los que viaja, es su lugar en el mundo; su querencia, esa que de a poco se está convirtiendo en la mía. Yo, que siempre fui bicho de ciudad, amante de los programas citadinos y sociables y reacia al campo y su silencio, me dejé contagiar por su amor hacia esta tierra en la que los días son más largos, el aire es más puro y el descanso rinde más.
Todo esto para contarles que cuando empecé a fantasear con armar un encuentro con mis queridas lectoras me pareció que este era el lugar perfecto para ello y por eso quise abrir las tranqueras para compartir con ustedes nuestro pedazo de Edén.
El segundo paso fue haber tenido la suerte de conocer a Loli, de Ciudadanas del mundo, vía Instagram. La cosa fue así: le escribí un día para ver si le interesaba armar algo en conjunto y ella me propuso charlar por Skype. Del otro lado de la pantalla me topé con una mujer entusiasta, generosa y llena de energía, dispuesta a sumarse a mis ideas locas y saber bajarme a tierra, a la vez. Loli también quería conocer a sus lectoras argentinas y así, entre ambas empezamos a gestar este evento que bautizamos Mujeres que crean y en el que vos sos la invitada de honor.
Vengas sola o con amigas queremos que seas parte. Hubo quienes nos dijeron "voy en transfer porque pretendo brindar toda la tarde", las que se mandan solas para conocer gente nueva, las que vienen en grupo con amigas del trabajo y las que quieren hacer networking con otras mujeres emprendedoras y llenas de proyectos, como ellas.
A todas: ¡gracias por confiar!
Y vos, ¿qué esperas?