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Babymoon en Rye

La primera vez que escuché hablar del Babymoon fue de parte de Sofía Gala; en la Caras o en la Gente, nunca sé cuál es cuál. No te burles, plis; porque hoy el término está de moda, pero en su momento la hija de la Casán fue pionera en el rubro. Por si no sabés de qué se trata, te cuento: el Babymoon es ese viaje que hacés con tu +1 antes de dar a luz. Después vendrán los pañales, las noches de insomnio, las miradas fulminantes de otros adultos mientras tu pequeño llora y llora, y vos no sabes qué hacer... Pero por ahora podés aprovechar una última escapada de a dos. Yo estaba empecinada: quería mi Babymoon. Ante las insistencias del taladrito (eu), mi pobre marido no tuvo mucha opción. Como él no podía tomarse más que una noche, por trabajo, dijimos: aprovechemos que estamos en Inglaterra, que tiene tanto por descubrir... y decidimos, entonces, ir al espléndido Rye, que queda en East Sussex, a sólo una hora y media de Londres. No sé de qué color es el Babymoon, pero el nuestro rosa no fue, al menos en la organización: el Negro me cambió 4872374 veces de fecha, cada vez que se le sumaba o cancelaba un nuevo partido. Se imaginarán mi mal humor. Estructurada y ansiosa, nada odio más que cancelar planes (nota mental: tema a tratar con el loquero). Gracias a Dios, habíamos optado por un cottage de @airBNB: la anfitriona entendió la situación y no tuvo drama en adaptarse a nuestros cambios de agenda. Miren las fotos para ver qué bien decorado estaba nuestro cuarto. Al estilo inglés no hay con qué darle... ¿no? Sencillo, clásico, acogedor, salpicado con detalles que con sólo verlos querés incorporar a tu hogar. ¡Hasta el inodoro era de buen gusto! Cosa que sólo un inglés puede conseguir... -aclaración: ODIO hablar en plural, pero al tratarse de una baby moon siento que la 1era persona del singular puede sonar egoísta. -primer dato: siempre pegá buena onda con tu anfitrión de @airBNB. Porque, aunque me guste jactarme de que soy buena investigando en la web sobre lugares para comer, no hay NADA como el dato de un local. Gill, la dueña de casa, nos mandó al restaurante Webbe's Fish Cafe, especialista en mariscos y pescados, que son la vedette de Rye (no en vano la ciudad es costera y tiene un puerto importante). Si vas, no dejes de pedirte los postres, probamos tres distintos y eran todos un manjar. Mi preferido: el crème brûlée de frambuesa. -lo bueno es que, al ser un Bed & Breakfast, nuestro cottage combinaba lo mejor de ambos mundos: tenía la calidez de una casa pero también detalles de hotel, como esa bata bien gorda para después de la ducha o el desayuno, que nada tenía que envidiarle a un 5 estrellas sino que fue aún mejor: casero y completo, idel para el día intenso que nos esperaba. Croissants recién horneadas, huevos revueltos, frutas, cereales, té... Lo bueno del Babymoon es que los placeres epicúreos siempre están permitidos.

Hechas estas salvedades, les paso tips de Rye en sí: -la playa más linda es Camber Sands. Aunque fuimos en pleno verano inglés, se sabe que este es engañoso. Había viento así que nos asomamos a meter los pies en la arena y ya. Nos sorprendió que fuera tan blanca. El paisaje ondulado y con dunas y el agua rabiosa del Canal de la Mancha son una postal que, en lo posible, no hay que dejar de ver. -En frente de la playa tenés The Gallivant, impecablemente decorado en un estilo escandinavo con detalles costeros como estrellas de mar. Podríamos bautizarlo "seaside chic", jaja. Es un gran dato para el almuerzo, salvo que prefieras hacerlo en la ciudad. Algunos rincones recomendados en esta son: The Fig, Hayden's, The Landgate Bistro o The Tuscan. -en Rye hay MUCHO para ver. Si te fascina la Edad Media, este destino es para vos. La ciudad estaba rodeada por una muralla porque en el siglo XIV era un punto estratégico del sur inglés, y tuvo un rol preponderante en episodios como la Guerra de los Cien Años. Hasta hoy, se erige Langdate, la magnánima entrada que data de 1340. TODO en Rye es historia. Sus calles son adoquinadas y las casas, estilo tudor y georgiano. Lo bueno es que, al haber sido declarado Patrimonio Nacional, su aspecto se ha conservado en el tiempo y el trazado de las calles cambió muy pero muy poco. -la calle más pintoresca, por afano, es Mermaid Street. Muchas de sus cottages datan del siglo XIV o XV, como The Mermaid Inn o la simpática casa de enfrente, nombrada "The House Opposite". -muchos artistas se enamoraron de Rye, como Conrad, HG Wells o Henry James, norteamericano que se radicó en Rye los últimos 16 años de su vida. Podés visitar su casa: se llama Lamb House, es estilo georgiano y tiene un jardín divino para leer al sol. -hablando de libros, no dejes de pasar por la pintoresca "The Tiny Book Store". -la ciudad está poblada por cafecitos y tiendas deco independientes, como Ashbee and Co. Ideales para encontrar detalles para llevarte a casa, llenos de personalidad. También tiene muchos negocios vintage y un simpático local de cerámica, Rye Pottery. -para sumergirte en la historia del lugar podés visitar Rye Heritage Center, donde hay una réplica de Rye en miniatura tal como lucía en 1872. En 20 minutos de charla te cuentan la historia del lugar (podés pedir que sea en castellano), incluidas algunas de las leyendas misteriosas de esta ciudad medieval... spooky! -otra parada para llenarse de historia medieval es Rye Castle, desde el que tenés una vista lindísima. Dato de color, acá se fundó la primera cárcel para mujeres de toda Inglaterra, The Women Tower. -otro dato curioso: en la iglesia St Mary's hallás el reloj más antiguo de toda Inglaterra. Desde su torre hay vistas panorámicas de la ciudad.


Aunque no lo crean, llegamos a recorrer todo esto en un solo día. Yyy, bueno. De eso se trata el Babymoon, o al menos para nosotros. De aprovechar las horas al máximo y perderse en calles laberínticas, aprovechando que todavía no hay cochecitos a cuestas; de probar varios platos en distintos restaurantes, sin miedo a la cara del vecino de mesa porque el retoño se está portando mal. Ya vendrán otro tipo de viajes, donde los programas los dicte el gusto infantil. ¡Y está muy bien! Pero me doy una palmada en el hombro y me autofelicito por haber insistido: Sofía Gala tenía la posta, el Babymoon es lo más.



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