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Plasma rico en plaquetas



Una de las cosas que más disfruté de la previa de mi casamiento fue el cariño que recibí de mis seres queridos. Si ya te casaste, seguramente coincidas. Por ej., mi amiga, la cirujana @belenchubc, me sorprendió con un regalazo: sesiones semanales de mesoterapia facial, combinadas con peelings. Cómo disfrutaba de cada encuentro en su consultorio que, como verás en la foto, invita al relax total…

La verdad es que Belu la pegó con el regalo, porque desde hace un tiempo entiendo que de nada sirve patinarme sueldos -y aguinaldos- en Sephora si no voy a ocuparme de mi piel. Además, el maquillaje no se luce si tenemos el cutis destruido, por lo que creo que, si de cuidados estéticos se trata, ocuparse de la piel ocupa el puesto número 1.

Para llegar espléndida al gran día gran, Belu también me recomendó el plasma rico en plaquetas. ¿Plasma-rico-en-qué? Si nunca escuchaste hablar de él, quizás su nombre te suene algo estrambótico, pero lo cierto es que pocos tratamientos son más naturales. El plasma es autólogo: se saca sangre del propio paciente, se centrifuga y eso nos da dos capas, la del propio plasma y los glóbulos rojos.

Ese plasma se somete a un proceso de activación y se puede usar de manera preventiva o reconstructiva. Gracias a los distintos factores de crecimiento que tiene, se genera un efecto regenerativo. Al inyectarlo de forma estética en la cara (el uso más frecuente), en cuello, escote o manos, estimula la síntesis de colágeno, de elastina, la renovación celular, posee factores antioxidantes… genera un efecto de rejuvenecimiento.

El plasma tiene millones de otros usos. Puede usarse para tratar desgarros, contracturas musculares, problemas de tendones, etcétera. Lo bueno es que, al ser autólogo, no tiene casi contraindicaciones y los efectos adversos son mínimos, cuasi inexistentes.

Aclaración: admito que antes de entregarme al tratamiento, tenía algo de miedo, porque me habían dicho que dolía… y mucho. Calculo que dependerá del umbral de dolor de cada cual (y de la calidad del profesional a quien recurrimos), pero a mí no me dolió.

Belu sabrá decirte qué tratamiento necesitás. Yo que vos, le escribo y empiezo a invertir en mi piel desde hoy.


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