En este día de lluvia, vaya una sesión de máscara facial. Si consumís redes sociales, lo más probable es que ya te hayas topadas con ellas. No es de agrandada pero yo las usaba antes de que estuvieran de moda (y mi papá es más grande que el tuyo, infinito punto rojo). Las probé todas: Shiseido, SK II, Guerlain, Estée Lauder… Tan es así, que la foto de Whatsapp de mi grupo del laburo es una selfie mía con máscara puesta y cervecita en mano (ritual de viernes preferido; aunque puede ser de cualquier otro día de la semana, también).
Como me conoce bien, mi cosmetóloga de cabecera @clear.skin me avisó hace poco que salió una versión nueva del asunto y decidí ir a probarla.
¿Veredicto? Las máscaras de Dr. Jart son tan buenas que dan miedo; casi tanto como el que te provoca ver esa jeta grisácea símil samurái.
Primera aclaración: la marca presentó cuatro modelos diferentes, destinados a combatir sequedad, falta de elasticidad, poros dilatados, etcétera. Fijate cuál va bien con tu piel.
Segunda salvedad: en ninguno de sus formatos las máscaras de NINGUNA marca hacen magia. Son sólo un complemento al cuidado diario de la piel. Yo las uso esas noches importantes en las que quiero relucir cual Fiat de pistero recién pulidito… o esas tardes de lluvia, como hoy.