Hubo una vez dos mujeres y dos hombres que nunca se encontraron, unos que tú no recuerdas, otros que tú llamas mamá y papá. Cuatro vidas diferentes en la integración de una sola, la tuya. Unos eran tu buena estrella, los otros eran tu sol. Los primeros te dieron la vida, los segundos te enseñaron cómo vivirla. Los primeros crearon en ti el deseo de amor, los segundos estuvieron ahí para colmarlo. Unos te dieron las raíces, los otros te dieron su nombre. Los primeros te transmitieron sus dones, los segundos te propusieron objetivos. Unos hicieron nacer en ti la emoción, los otros colmaron tus angustias. Unos recibieron tu primera sonrisa, los otros enjuagaron tus lágrimas. Unos te ofrecieron en adopción; era todo lo que ellos podían hacer por ti. Los otros rezaban para tener un hijo y Dios se los dio a través de ti. Y ahora cuando tú me haces la eterna pregunta: ¿de quién soy fruto?, ¿de la herencia o de la educación? Ni de la una ni de la otra, hijo mío: simplemente de dos formas diferentes de amar. POEMA DE MIRIAM CECILIA MEDICI HORCAS, DEDICADO A PEDRO. Ilustrado por @hacemeundibujito