Qué difícil es elegir el nombre de un hijo. Al menos a mí me costó un montón... ninguno me terminaba de convencer: que quedaba muy largo con el apellido; que estaba demasiado quemado, que sonaba pretencioso o cacofónico, que no me gustaba su simbolismo o que pecaba de querer hacerse el original... Finalmente, nos decidimos por Facundo Javier. Aunque a mi marido no le convencía el "Facundo", en la sala de parto entre pujo y pujo lo convencí 😜. ¿Qué es lo que me terminó de decidir por ese nombre, entre tantos candidatos? Que su santo se celebra el 27/11: es decir, el mismo día de la Virgen de la Medalla Milagrosa. Toda la vida me sentí más cómoda rezándole a Dios o a Jesús, pero desde hace unos años gracias a una de mis tías soy muy devota de esta Virgen que para mí es una enorme fuente de paz. Bajo el lema de "preocuparse menos y rezar más", pongo en sus manos cada uno de los aspectos de mi vida, desde los más triviales hasta los que me penetran las entrañas. Tengo un grupo de amigas con las que compartimos la devoción hacia Ella, cosa que me encanta, porque no hay nada más lindo que rezar en comunidad... y si esa comunidad está formada por amigas de la vida, ¡cuánto mejor! Hoy, 27/11, quiero compartir con quienes no la conocen la figura de esta Virgen que se apareció en Francia ante Catalina Labouré, joven novicia de la Compañía de las Hijas de la Caridad. Actualmente se puede visitar el sitio de su aparición en la bella Rue du Bac: agregalo a tu agenda cuando viajes a París. En la Argentina también tenemos una lindísima parroquia dedicada a la Milagrosa, en Parque Chacabuco. De todos modos, deseosa de derramar sus gracias por doquier, la Virgen te invita a que te pongas en sus manos y le reces desde donde estés. ¿Alguien más es devoto de esta Virgen? ¿Conocen su historia? En su día, propongo que entre todos le recemos más que nunca por los héroes del San Juan.